WANG WEI Y YO
El
niño oye el lamento de los pinos cual guerreros por su señor.
El
joven ve las casas teñidas por la luna que nada entre los pinos.
El
que soñaba emular a los generales antiguos
no
imaginó que sería el héroe de otro hombre
que
sueña, como él, con la armonía
y
está atrapado por techos que marchan en monotonía.
Nos
legó el orden de una canción de tinta
que
se lleva un río
o se
yergue en un monte recordado,
y el
del boceto que se forma al barrer
hojas
y flores caídas de un lienzo
que
tus hermanos olerán en una aldea lejana.
Wang
Wei me enseñó
que
conocer la música de un alma
es la
comprensión última.
Que
la Tierra de las Hadas se visita una sola vez
y que
mendiga en vano la nostalgia
por no haber entrado en ella cuando pudo.
por no haber entrado en ella cuando pudo.
Labels: Poema a un poeta chino
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