PARA MI BEBÉ
ANTONIO JOSÉ
Alabados sean los hombres que han obrado prodigios por nosotros: dejarnos ver y oír el secreto en el vientre de una
mujer cuando se hace la forja que asignamos a Dios. Por ellos comencé a presenciar el paso de otros seres
vivos en su cuerpo.
El asombro que fue mío de niño por
las formas y los actos está
vivo otra vez y su infancia trae la emoción de la mía en cada
descubrimiento:
La semillita en una taza de tierra, la inmovilidad que apremia al Big Bang de sus células. Un pececito que imagino saludándome, una sonrisa que
nada al vaivén de mi boca. Un escarabajo o una tortuga atrapando el aire, mil dedos que se extienden hasta donde no veo. Un pajarito y sus brazos como alas, su gozo, que las
palabras no conocen. Un felino que ensaya ataques, una caricia según mis
mejillas y mi tacto. Una persona cuyo rostro dice que me reconoce, un encantamiento para mi corazón de niña enamorada.
Su voz, que ensaya los sonidos intuidos por la
humanidad en el comienzo, nombra el significado que me esperaba en la llamada de la naturaleza.
Labels: Poema para un bebé
1 Comments:
Debe ser tan hermoso poder experimentar todo eso...es verdad que eres afortunado.
6:18 PM
Post a Comment
<< Home