Wednesday, May 21, 2014

TERRA NOVA

Una memoria indigente
gime la permanencia desmoronada
del miedo de lo que perdimos
por esta velocidad sin rumbo
y el espejismo de edificar ruinas
que hablarán de nosotros tras el aullido de las dunas.
Ya supimos de otros mundos,
que pueden soñarse otras lunas,
pero fuera de aquí no hay asidero.
Aun así, el que fue llamado a nombrar todo,
el autor de las ideas y la matanza
ha bautizado a la Tierra con orfandad y despilfarro.
La Tierra es nuestro rostro y nuestra compañera.
Debiéramos ser uno y amarnos
cuando ella aún quiere desnudarse para nosotros
antes de ser el recuerdo pertinaz de lo amado
oculto por el umbral que se cruza una sola vez.
No será explicación suficiente
llamar Dios o Madre Tierra
a nuestra culpa furiosa
y la lágrimas no harán más claro el día
en la prueba final
del merecimiento de nuestra libertad,
en la comprensión letárgica
de que esta vez quizá sea la última.