Monday, July 23, 2012

CINCO POEMAS (También a la amada)


CON UNA CANCIÓN DE CAETANO VELOSO

La sombra de unas pocas notas
traza una línea desde mi pecho.
No te toca:
ni siquiera te mira su trayectoria invisible,
pues no se atreve a buscarte.
Es no más una sensación que se hace viento
y se inserta por el recuerdo.
Uno agudo como tu mirada,
hielo lejano que me anega
y refleja ecos que te escriben lo que callo.



DAYDREAMING

Basta un asomo tenue a tu recuerdo
para hallarte otra vez donde te extraño
en escenarios vivientes sucesivos
detrás de mis sentidos.
La miel irradiante de tu mirada
indica otra vez el rumbo 
que tomará la sangre,
maestra de estas imágenes,
guía de mi conciencia en clamor.
Tu aroma a través de un velo
presta figuras nuevas a mi carne
que te saborea.
Con este lenguaje sueña contigo
la trayectoria que serpentea en mi boca.


INSIGNIA SELVÁTICA

Se fue el ronco rumor vibrante
tras tumultos de ciclón en trópico
no acallados por lento burbujeo
ni recios galopares
de horas que se ensanchan
en mi inquietud de fuga
con cascadas que resquebrajan los prados
y voces flameantes en la sombra.
Continúo ceñido con tu aroma
y aún la misma sed asciende
mascando yerbas provocantes del insomnio
por la hora que ha de volver
deslizándose entre venas rotas
lamiendo su vegetación que se muda 
y rehace                                                


VESTIGIOS

Mi corazón estaba ahí. Manso-lelo-asordinado-quebrado-sin uso. Te estaba esperando. Llegabas en reflejos y te ibas. Mis ojos gritaban y te seguían. Nunca me viste. Temía que sintieras mis pasos a tu lado siempre que ya no estabas. Quería hacerte mía. Y yo ya era tuyo. Ahora me estás haciendo otro que te cree cercana, pero sigues ausente. Una lumbre fugaz me desconcierta, pues se queda al marcharte como antes en reflejos con los gritos de mis ojos y mi corazón callado.


POSESIÓN NOSTÁLGICA

No se aleja el asedio ni habiéndome vencido.
De mañana estás conmigo
tú toda
y no hace falta verte,
que se crecen los sentidos para atraparte.
Entre la noche y la aurora no recuerdo.
Creo que te sigo
porque regreso y allí estás tú
como mirándome
y me pierdo, sumergido, imaginándote.
Luego me sorprende otra vez tu aroma.
Mis ojos, como espejos,  parecen dibujarte.
Y hago tu forma - que adivino - con el aire.
Tú me aprietas y me envuelves,
niebla y bruma, calor y rocío en la sombra.
He soñado la lluvia y la pradera
lamiendo tu superficie
y humedeciendo cada grieta
donde sueña sudar su sangre este corazón.

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