CINCO POEMAS (También a la amada)
CON UNA CANCIÓN DE CAETANO VELOSO
La sombra de unas pocas notas
traza una línea desde mi
pecho.
No te toca:
ni siquiera te mira su
trayectoria invisible,
pues no se atreve a buscarte.
Es no más una sensación que se
hace viento
y se inserta por el recuerdo.
Uno agudo como tu mirada,
hielo lejano que me anega
y refleja ecos que te escriben
lo que callo.
DAYDREAMING
Basta un asomo tenue a tu
recuerdo
para hallarte otra vez donde
te extraño
en escenarios vivientes
sucesivos
detrás de mis sentidos.
La miel irradiante de tu
mirada
indica otra vez el rumbo
que
tomará la sangre,
maestra de estas imágenes,
guía de mi conciencia en
clamor.
Tu aroma a través de un velo
presta figuras nuevas a mi
carne
que te saborea.
Con este lenguaje sueña
contigo
la trayectoria que serpentea
en mi boca.
INSIGNIA SELVÁTICA
Se fue el ronco rumor vibrante
tras tumultos de ciclón en
trópico
no acallados por lento
burbujeo
ni recios galopares
de horas que se ensanchan
en mi inquietud de fuga
con cascadas que resquebrajan
los prados
y voces flameantes en la
sombra.
Continúo ceñido con tu aroma
y aún la misma sed asciende
mascando yerbas provocantes
del insomnio
por la hora que ha de volver
deslizándose entre venas rotas
lamiendo su vegetación que se
muda
y rehace
y rehace
VESTIGIOS
Mi corazón estaba
ahí. Manso-lelo-asordinado-quebrado-sin uso. Te estaba esperando. Llegabas en
reflejos y te ibas. Mis ojos gritaban y te seguían. Nunca me viste. Temía que
sintieras mis pasos a tu lado siempre que ya no estabas. Quería hacerte mía. Y
yo ya era tuyo. Ahora me estás haciendo otro que te cree cercana, pero sigues
ausente. Una lumbre fugaz me desconcierta, pues se queda al marcharte como
antes en reflejos con los gritos de mis ojos y mi corazón callado.
POSESIÓN NOSTÁLGICA
No se aleja el asedio ni
habiéndome vencido.
De mañana estás conmigo
tú toda
y no hace falta verte,
que se crecen los sentidos
para atraparte.
Entre la noche y la aurora no
recuerdo.
Creo que te sigo
porque regreso y allí estás tú
como mirándome
y me pierdo, sumergido,
imaginándote.
Luego me sorprende otra vez tu
aroma.
Mis ojos, como espejos, parecen dibujarte.
Y hago tu forma - que adivino
- con el aire.
Tú me aprietas y me envuelves,
niebla y bruma, calor y rocío
en la sombra.
He soñado la lluvia y la pradera
lamiendo tu superficie
y humedeciendo cada grieta
donde sueña sudar su sangre
este corazón.
Labels: Poemas de amor
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