Tuesday, December 16, 2014

AMBIGÜEDAD PSEUDOFILOSOFANTE

Entre Caronte y Heráclito

Rema mi sangre hacia ella y se desborda.

La vasta travesía no se emprende con monedas.

Me siento arena que se tarda y, aun así, llega por ubicua.

El fin del viaje: una conjetura entre hendijas como anclas.

Tras ellas, si las levara, solo hallaría más afluentes.

Ahora la dispersión desde los umbrales muestra proximidades.

Redes sinuosas de sedimento me descalzan.

Entro en su boca uno y al volver me ha hecho otro.

Me bañaré en su sucesión tantas veces cuantas corrientes trae.

La carne misma se vuelve su cauce.

Su curso invade estas venas en meandros.

Me llamo sombra calcante de su superficie cíclica.

Incorpora toda el agua que no se agota al verterse.

Esta escritura en tramos no se deslíe en las crecidas.

La impronta de su caudal es la conciencia líquida.